
Hace un tiempo mi preparador, ante mis quejas de que el tiempo no pasaba o pasaba lentísimo, me dijo que cuando me diera cuenta ya estaría allí y me parecería que ha pasado volando. Ahora me doy cuenta de que es verdad; parece que fue ayer cuando recibí los libros en mi casa o cuando me compré los nuevos Códigos, y ahora ya están todos tocados, subrayados y tienen su propia “historia”. Me queda mucho aún por andar, pero ya no me parece que el tiempo pase tan lento y soy consciente de que llegará ese día en que me siente en el tribunal Supremo dispuesta a cantar mis temas. Veo las metas, aunque no pueda aún ni tocarlas. Veo que el esfuerzo va dando sus frutos, que cada día estoy más cerca, que cada semana me quedan menos temas por mirar, menos cosas por descubrir. Y, por qué no decirlo??? Estoy contenta, optimista por ver que al menos estoy, sigo, que no me he rendido y que, poco a poco sí, pero voy para delante.
Estos meses han sido duros, al menos los tres primeros; llenos de lágrimas, ansiedad, estrés, angustia e incluso dudas de si era lo que quería. Pero así son los cambios, al principio cuesta adaptarse, y sufres, pero desde aquí mando el mensaje a todos los que empiezan: si tenéis claro, o al menos suficientemente claro, que esto es lo que os gusta, daros un tiempo mínimo de adaptación, para valorar de verdad si sois capaces o no, No os cerréis con que “yo no puedo”, “no valgo”…esas expresiones al principio no caben. Sinceramente se trata de sobrevivir, de tirar con lo que puedas día a día, no hace falta al principio ser el mejor, llevar mil temas o cantar como los ángeles; se trata de tener claro que hay que seguir y enfrentarse a esto, porque es duro y desmotivante en muchas ocasiones y es normal sentirse mal, solo e incapaz en muchos casos. Pero hay un día, en que te relajas, y empiezas a verlo de otra forma, con más serenidad, y es ahí cuando decides si puedes o no, si te gusta o no. Mientras tanto, prémiate sólo por seguir, por continuar en esto, porque ahora no es el momento de exigirse más.
Así que aquí estoy, más segura que nunca de continuar, de que si llegué a los 100, llegaré a los 191, que daré vueltas como una tonta y que algún día estaré lista para ir a Madrid a dar un concierto. Ganas de estudiar??? No, las mismas que siempre: NULAS!!! Pero siento un poquito de recompensa y eso me da alas ahora.
Qué importantes son las barreras morales.