jueves, 3 de marzo de 2011

LAS PERSONAS DE TU VIDA


Hace un tiempo dije que haría una entrada sobre lo que se aprende siendo opositora en un año, llevo ya un año y medio y no he podido todavía escribirla, no porque no haya cosas aprendidas, las hay y muchas, sino porque en realidad llevo un tiempo de altibajos y me sentiría un poco absurda escribiendo cosas que yo, aunque en teoría sé, en la práctica no me aplico. Espero estar en un tiempo genial y poder compartir con vosotros lo que entonces será mi día a día, mientras tanto creo que estoy para recibir consejos más que para darlos.


En cualquier caso sí que quiero hablar de algo importantísimo para cualquier opositor como es tener cerca a personas que te apoyen y te entiendan. También es cierto que siempre los hay que no te entienden en esta etapa, que dicen comentarios desafortunados, que te roban tiempo con ensañamiento y alevosía o simplemente por desprecio a lo que haces, pero esos son los menos y desde luego no son de los que yo quiero hablar ahora, yo quiero hablar de las personas de mi vida, de los que están siempre, de los que tiran de mí, de los que hacen que yo siga aquí. Bueno, en realidad, fundamentalmente quiero hablar de una persona.


Ella es el motor de mi vida, sin ella yo no sería nadie o por lo menos sería la mitad de lo que soy. Es una persona en exceso generosa, tanto que sacrifica sus esfuerzos, su tiempo y en parte su vida, por hacer la mía mejor, por levantarme cada día y porque yo consiga mis sueños que ella comparte como si fueran suyos propios, de tal forma que cuando para mí se me convierten en pesadillas ella me recuerda lo que son en realidad y consigue que vuelva a soñar despierta, a recordarme a mí misma quién soy y a dónde voy. Ella es mi luz en el camino. Sé que podría cambiar de rumbo mil veces si ella me apoya, pero sé que no hay camino posible sin ella en él. Se lo digo mil veces pero se lo repito aquí, menos mal que estás en mi vida.


Sólo quería hacerte un pequeño homenaje, aunque sé bien que no es nada comparado con lo que tú te mereces. Y es verdad que madre no hay más que una, pero es que como tú no hay otra.

Gracias por comprenderme, gracias por ser tú, gracias por cada día, gracias por alentarme, gracias por valorarme, gracias por reír conmigo, por esos ratos en que me sacas del agujero y me devuelves a la vida real, gracias por tu tiempo, gracias por cada silaba gastada en mí, gracias por creer en mí y gracias muchas gracias por existir en mi vida y en la de todos nosotros, tú nos unes y nos haces mejores.
PD: próxima entrada mas opositoril, lo prometo ;).