jueves, 6 de mayo de 2010

¿Producto caducado? No, gracias


Después de un tiempo desaparecida, por fin me decido a escribir. Llevo un tiempo no demasiado bien y ayer ya estallé, digamos que tuve un día de crisis total y por supuesto no estudié.

Opositar es muy duro y como todos sabemos, más que inteligencia se necesita constancia. Y eso es algo de lo que yo carezco por completo; tengo una capacidad de distracción impresionante, tanto que luego acabo pagándolo y no llegando hasta donde me había propuesto, hecho que hace que me sienta fatal y que entre en una espiral de autodestrucción tipo “tú para esto no vales” , “estás perdiendo el tiempo”, “esto requiere constancia y tú no sabes ni qué es eso” y derivados. Tanto es así que ayer ya llegué a la terrible conclusión de que efectivamente yo no valía para opositar a judicaturas y que quería vivir tranquila y feliz y acostarme cada día sin cargo de conciencia. Es decir que me lo tenía que dejar.

Me sentía un producto caducado. Como un vino, que en vez de mejorar con el tiempo, se había picado. Sí, en vez de llevar cada vez más temas y mejores, no he conseguido superar la barrera de los 6 por semana, y cada vez son más las veces que son 5, y además he perdido parte de la calidad (más que nada porque a veces me toca acabar el tema el día del cante y siempre me pregunta ése).

Hoy he ido a cantar, y le he contado lo que me pasaba al preparador, y me ha dicho que es verdad que últimamente me veía un poco peor, pero que no debía entrar en esas “espirales” y que me centrara en lo mío: estudiar, estudiar y estudiar. Que podía hacerlo y punto, que hasta el ser más vago del mundo puede corregirse. Pero yo la verdad es que no he salido muy convencida: primero porque me cuesta mucho doblegar mi carácter y sé que para mí no va a ser tan fácil ponerme a estudiar y punto, y segundo porque una parte de mí esperaba que él me dijera que era una exagerada y que iba bien. Pero la verdad siempre es lo mejor porque creo que me ha hecho reaccionar.

Así que después de pensar un poco he decidido darme una oportunidad, confiar en mí y dejarme de historias. No digo que esté hecha para esto, ni que me lo vaya a sacar, pero sólo sé que si me lo dejo tiene que ser porque de verdad vea que soy incapaz, que he hecho todo lo que estaba en mi mano y ha sido imposible. Y hasta ahora no ha sido así, estoy cayendo en lo fácil, la autocompasión el NO PUEDO. Es más fácil dejarse llevar por lo que no conlleva ningún esfuerzo, que por aquello que requiere de ti que des lo mejor, que te sacrifiques y que lo intentes con todas tus fuerzas, que dejes de hacer lo que te gusta. A veces decir HASTA AQUÍ es más fácil porque nos supone menos. Si algún día tengo que echar el freno y coger otro camino, lo haré, si veo que no puedo me bajaré en la próxima estación y cogeré otro tren quién sabe hacia qué sitio, pero ahora estoy montada en este, y sí, es una mierda de tren para qué negarlo, pero si lo coges hay que cogerlo bien, las medias tintas no sirven para nada. Tengo que dar lo máximo de mí y sólo entonces me podré permitir la autocompasión y el sentirme pobrecita, ahora no. Ahora es momento d trabajar y no de llorar, de dejarse los codos y no los ojos..el camino fácil siempre estará ahí, pero esto es ahora, la oportunidad es hoy, y pienso llegar al final del trayecto cueste lo que cueste.